A pesar de ser una técnica antigua, hacer una kokedama es muy fácil. Además, es un ejercicio perfecto para relajarte y estar en contacto con la naturaleza. Eso sí, ¡vas a ensuciarte las manos!
Materiales necesarios para elaborar una kokedama
No se necesitan demasiados materiales y la mayoría se pueden encontrar en cualquier tienda de plantas. El elemento principal es el sustrato mineral, que será donde crecerán las raíces. También necesitaremos akadama, una arcilla volcánica de origen japonés que servirá para airear el sustrato y las raíces, así como para conservar la humedad de la bola de musgo. La mezcla de estos dos ingredientes la podemos hacer en un bol que tengamos en casa y agua. Para rodear la bola de sustrato usaremos musgo, tijeras e hilo de algodón, que puede ser del color que quieras. En Omotesandō Plants usamos el verde porque se camufla mejor y le da un aspecto más natural a la kokedama. Finalmente, el elemento imprescindible: una planta a tu elección.
Pasos a seguir para hacer una kokedama
Paso 1: Mezclar sustrato, agua y akadama
Para realizar la mezcla base para construir la bola solo tienes que verter el sustrato en el bol y mezclar la akadama previamente triturada poco a poco. La proporción de ambas partes depende del tipo de planta que hayas escogido, pero puedes orientarte echando unos 5 puñados de akadama (una décima parte del sustrato). Luego, hay que añadir agua y mezclar con las manos hasta conseguir una consistencia homogénea. Si queda demasiado seco o líquido, no pasa nada, puedes ir añadiendo ingredientes hasta conseguir la textura deseada.
Paso 2: Preparar la planta y el musgo
Retira la maceta de la planta con cuidado (¡no te olvides de reciclarla!) y quita parte de la tierra con la que venía la planta de manera que las raíces queden más al descubierto. Si ves alguna raíz en mal estado o podrida, la puedes podar con las tijeras. Para limpiar el musgo, basta con extenderlo sobre la mesa y quitarle cualquier hojita o rama.
Paso 3: Hacer la bola
¡Ahora viene la parte divertida! Nos llenamos la mano con un puñado de mezcla de sustrato y colocamos la planta encima, de manera que rodeamos las raíces con sustrato. Vamos añadiendo sustrato alrededor de las raíces, siempre intentando darle forma redonda, y apretamos para que quede la bola compacta. No pasa nada si el sustrato no se pega bien a la bola, puedes añadir más agua a la mezcla e intentarlo de nuevo.
Paso 5: Añadir el musgo
Colocamos la bola sobre el musgo y la abrazamos para rodearla entera. Ahora solo queda unir el musgo con el hilo. Para ello, hay que rodear la bola horizontalmente con hilo, hacer un doble nudo y cortar el extremo que nos sobra. Seguidamente, con el extremo de hilo largo vamos dando vueltas a la bola en diagonal, de manera que toda la cobertura de musgo quede unida al sustrato. Finalmente, realizamos otro doble nudo y cortamos el hilo. Para darle más forma, podemos podar la bola con las tijeras y cortar cualquier saliente de musgo o ramas.
¡Y eso es todo! Recuerda que no hay una sola manera de hacer una kokedama, lo importante es encontrar tu estilo y disfrutar del proceso.
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